Vanessa: Si
–sonriendo sonrojada- Cuanto tiempo –dandole un beso en la mejilla-
Ash: Que sosos por
dios –mirandolos mal- Estas guapísimo tonto, ¿A que hora sales de aquí?
Zac: Ya te lo diré
yo a ti –mirándola a los ojos- Salgo sobre las 8 de la tarde o asi –mirando el
reloj- Queda poco más de una hora… ¿Queréis algo de tomar mientras
esperáis? -mirando a las dos chicas-
Vanessa: No,
gracias –sin dejar de mirarle-
Ash: Yo si
–sonriendo- Ponme una Coca-Cola porfi –poniéndole ojitos a su hermano-
Zac: Si rubia
–sonriendo- Sentaros en alguna mesa –cogiendo las maletas de las chicas
llevándolas a un rincón-
Estuvimos una hora
esperando a que Zac terminara de trabajar. Cada vez que podía y no había mucha
gente en el bar se paraba y hablaba con nosotras. Estaba igual que siempre, tan
guapo y tan sonriente como el primer día.
Ash: Ya son las 8
–levantándose dirigiéndose a la barra- Anda, dime que te debo por las 3
coca-colas –riéndose- Esta noche no duermo
Zac: ¿Tú eres
tonta no? –Mirando a su hermana- No te voy a cobrar –terminando de recoger
algunos vasos que había en la barra- ¿Nos vamos? –Cogiendo sus cosas- Tengo el
coche enfrente
Vanessa: ¿No
decías que era bueno andar? –Riendo andando detrás del chico-
Zac: Es bueno,
pero no todos los días –riéndose cogiendo las maletas- ábreme la puerta, por
favor
Ash: Luego dices
de mi –mirando mal a su hermano abriéndole la puerta-
Zac: Yo solo dije
la verdad, no te gusta andar –andando hacia el coche-
Ash: Calla –mirándole
desafiante-
Vanessa: No os
peleeis ahora anda –mirandoles- para dos o tres veces que os veis y siempre
estais asi –riendose-
Ash: Pero yo le
quiero mucho –cogiendo de los mofletes a su hermano-
Zac: PARA
–mirandola cabreado- No me hagas eso, no soy un niño chico
Vanessa: Pero
estas muy mono –sonriendo mirándole-
Ash: ¿A que si?
–riendo soltando a su hermano- Me encanta!
Una vez que
habíamos metido las maletas en el coche, nos dirigimos a su casa. La rubia se
había subido en la parte de atrás con las excusa de que estaba cansada y quería
estirar las piernas. Mientras Zac conducia, yo no dejaba de mirar por la
ventanilla, estaba nerviosa y no sabía qué hacer. Sabía que Zac estaba
mirándome de reojo y eso me inquietaba mucho.
Zac: ¿Estas bien?
–Poniendo la mano en el muslo de Vanessa una vez parado en un semáforo- Te noto
distante
Vanessa: Si si,
tranquilo –tragando saliva mirando la mano de Zac- No te preocupes
Zac: Esta bien
–sonriendo- Sea lo que sea... Puedes confiar en mí –dándole a la llave del parking-
Ya hemos llegado rubia, despierta
Ash: Dejameee –tapándose
la cara tumbada en el asiento del coche-
Vanessa: Venga
Ash, no seas tonta –mirándola-
Subimos al piso y
dejamos las maletas en el recibidor. Zac
le dijo a Ash que ella dormiría en la habitación de su compañero de piso, ya
que él se encontraba de viaje y que yo dormiría en su dormitorio.
Vanessa: ¿Y tú
donde vas a dormir? –sentándose en la cama mirando al rubio-
Zac: No te
preocupes, yo me iré al sofá o me echare algún colchón en el suelo –recogiendo
alguna ropa que tenía por el suelo- Siento el desorden, no esperaba a nadie
–riendo-
Vanessa: No te
preocupes –sonriendo- Yo puedo dormir en el sofá, esta es tu cama y tienes que
dormir aquí
Zac: No dejare que
duermas en el sofá –acercándose a ella sentándose a su lado-
Vanessa: Eres un cabezón
–sonriendo mirándole-
Zac: Gracias -mirándola mal acercándose a sus labios-
Vanessa: De nada
–sonriendo mirándole a los ojos-